El Furacu

El Furacu transporta un auténtico pedazo de Asturias directamente a la ciudad de Barcelona. Más que un simple restaurante, se presenta como una embajada gastronómica donde la cultura y los sabores del Principado son los verdaderos protagonistas. Su nombre, que significa "agujero" en asturiano, evoca esa sensación de encontrar un rincón escondido y genuino, una promesa de autenticidad que se cumple en cada plato y en cada detalle del local. La carta es una declaración de amor a las recetas tradicionales, ejecutadas con maestría y respeto por el producto. Aquí, los comensales pueden disfrutar de platos icónicos y contundentes que definen la cocina asturiana. La fabada, con su compango de primera calidad, es una de las estrellas indiscutibles, junto con el imponente cachopo, perfectamente empanado y generoso en su relleno. La experiencia se completa con una selección de pescados del Cantábrico y carnes que reflejan la riqueza de la despensa norteña. Un elemento central de la experiencia en El Furacu es, sin duda, la sidra natural. El ritual del escanciado resuena en el comedor, añadiendo un toque de folclore y festividad al ambiente. Acompañar la comida con sidra no es solo una opción, sino una parte integral del viaje culinario que el restaurante propone, invitando a compartir y a disfrutar sin prisas, al más puro estilo asturiano. El ambiente del local es cálido y acogedor, con una decoración rústica que utiliza la madera y la piedra para crear una atmósfera que recuerda a los lagares y casas de comida tradicionales de Asturias. Es un espacio ideal tanto para una comida familiar de fin de semana como para una cena en grupo con amigos que busquen sabores potentes y un entorno animado y hospitalario. Situado en la Dreta de l'Eixample, El Furacu se ha consolidado como un referente para quienes buscan una cocina regional española honesta y de calidad. Su propuesta sólida y su fidelidad a los orígenes lo convierten en una parada obligatoria para los amantes de la buena mesa y para cualquiera que desee descubrir por qué la gastronomía asturiana goza de una reputación tan excepcional. Visitar El Furacu no es solo salir a comer, es emprender un viaje sensorial al corazón verde de España sin moverse de Barcelona. Una experiencia memorable que deja un excelente sabor de boca y el deseo de volver a por más de esa contundente y deliciosa tradición.