Acerca de Can Cortada
Adentrarse en Can Cortada es emprender un viaje en el tiempo. Este restaurante, albergado en un imponente castillo medieval que data del siglo XI, ofrece una experiencia gastronómica que trasciende lo culinario. Sus muros de piedra, salones señoriales y rincones llenos de historia crean un ambiente absolutamente singular y acogedor, perfecto para desconectar del ritmo de la ciudad y disfrutar de una comida memorable.
El alma de su propuesta culinaria reside en la brasa, donde las carnes de calidad excepcional son las protagonistas indiscutibles. Desde un chuletón madurado con un sabor profundo hasta un solomillo tierno cocinado a la perfección, cada corte es tratado con el máximo respeto para resaltar sus cualidades naturales. Los amantes de la buena carne encontrarán aquí un verdadero santuario dedicado al producto y a la técnica del fuego.
Más allá de sus célebres carnes, la carta de Can Cortada rinde homenaje a la rica tradición mediterránea y catalana. La cocina se nutre de ingredientes de temporada para elaborar platos que combinan la autenticidad de las recetas de siempre con un toque de distinción. Entrantes frescos, guisos tradicionales y postres caseros completan una oferta gastronómica sólida y coherente, diseñada para satisfacer a los paladares más exigentes.
El entorno es, sin duda, uno de sus grandes atractivos. Durante los meses cálidos, sus frondosos jardines y terrazas se convierten en un oasis ideal para comidas al aire libre, mientras que en invierno, la calidez de sus salones con chimenea invita a largas sobremesas. Esta versatilidad lo convierte en el escenario idóneo tanto para una celebración familiar importante como para una velada romántica o una comida de negocios que requiera un marco incomparable.
Ubicado en el tranquilo barrio de Horta, Can Cortada se erige como un refugio gastronómico lejos del bullicio del centro. Es una elección destacada para quienes buscan no solo una comida de alto nivel, sino una experiencia completa que fusiona historia, una cocina honesta y potente, y un ambiente que transporta a otra época. Una visita obligada para redescubrir los placeres de la cocina tradicional en un lugar verdaderamente único en Barcelona.
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